NUESTRA HISTORIA
Hoy entrenamos a corredores de montaña de todo el mundo. Pero no siempre fue así.
Si te apetece saber cómo nació El Reto Eres Tú y hacia dónde vamos, aquí te cuento la historia completa.
No me gustaba mi vida
Eso fue lo que me hizo empezar a correr.
No se trató de una revelación espiritual. Simplemente estaba estudiando algo que no era para mí y necesitaba un plan B.
Entré en la carrera de Farmacia en 2006 sin tener claro por qué. Era buen estudiante, me gustaban las ciencias, así que me apunté. Pero desde el primer día mi cabeza estaba en otro lado.
Recuerdo decirme: "Acaba la carrera y oposita después a bombero".
Es decir, que durante los cinco años de licenciatura mi plan era NO ser farmacéutico. Lo tenía clarísimo.
Como tenía en la mente lo de bombero, empecé a entrenar. Me apunté al gimnasio, retomé la natación y empecé a correr. Todo con el objetivo de prepararme para las pruebas físicas de la oposición.
Al principio correr era un sufrimiento. No aguantaba ni 15 minutos. También es cierto que salía siempre muy rápido y petaba. Con el tiempo fui aprendiendo y la cosa fue mejorando, pero al principio fue terrible.
Pero hubo algo más importante en esa época.
Para ganar dinero mientras estudiaba, me dediqué a dar clases particulares. Matemáticas, química, física, biología. Y ahí descubrí algo: transmitir conocimiento se me daba bien.
Chavales que suspendían pasaban por mis clases y empezaban a sacar notables y sobresalientes. Pero lo que más me gustaba no eran las notas. Era ver su cara cuando algo no entendían, se lo explicaba y de repente lo entendían.
Esa luz en sus ojos ya lo compensaba todo.
(Luego te cuento algo más sobre el brillo en los ojos).
El giro inesperado
Me licencié en Farmacia en 2011. Y confirmé lo que ya sabía: ese no era mi camino.
Pero las oposiciones a bombero estaban paralizadas. Y tampoco me apetecía meterme 3 años en una biblioteca para estudiar una oposición.
Intenté dar una oportunidad al sector farmacéutico, pero saltaba de trabajo cada 2-3 meses. Investigación, garantía de calidad, oficina de farmacia, departamento de ventas. No me gustaba nada de lo que hacía.
Y entonces, en 2012, un amigo del instituto y yo nos dijimos: "¿Y si nos apuntamos a un 10km?"
Un par de semanas después corrí mi primer 10km en Madrid. Al llegar a casa tuve que meterme en la cama. Me había descompuesto por el sobre-esfuerzo. Terminé jodido, pero contento.
Tras esa primera carrera nos enganchamos. Empezamos a apuntarnos a todo: 5km, 10km, 21k, carreras de montaña. Y montamos un blog para contar nuestras batallitas. Lo llamamos "El Reto Eres Tú".
Pero ese mismo año ocurrió algo que me marcó para siempre.
Mi amigo me envió un vídeo de YouTube. Un documental de una carrera de 250km por el desierto del Sahara. En autosuficiencia. Marathon des Sables.
Al ver el vídeo me dije: yo quiero estar ahí.
Ese fue mi clic. En 2012, apenas corriendo 10km, yo ya estaba enganchado a las ultras sin haberlas corrido. Ya sabía dónde quería llegar.
La reconversión
Lo que empezó como escape de una vida que no me gustaba se convirtió en búsqueda de algo más grande.
Búsqueda de libertad. Libertad de tiempo. Libertad para decidir a qué dedicar mis días.
Como los retos eran cada vez más exigentes, decidí formarme en entrenamiento de resistencia. Me lo tomé muy en serio: cursos federativos, postgrados universitarios, formaciones extraoficiales. Todo lo que resonara con mi camino, ahí estaba yo.
Lo hacía para aplicarlo en mí, para compartirlo en el blog y en redes. Para facilitar el camino a otras personas. Por ese brillo en los ojos, como cuando daba clases particulares. Ese era mi motor.
A través del blog había personas que me pedían ayuda con sus retos. Entre 2013 y 2015 les entrenaba gratis, como pasatiempo.
Hasta que un compañero al que entrenaba me dijo: "Manu, te pago o me dejas de entrenar".
Eso fue una epifanía.
No buscaba ser entrenador, me lo encontré como un regalo en el camino. El deporte se había convertido en una pieza clave de mi vida y alguien estaba dispuesto a pagarme por ello.
A partir de ese momento empecé a profesionalizarlo. Y hasta hoy.
En 2014 hice mi primera ultra, Transvulcania. Una de las mejores experiencias de mi vida. Ahí empezó todo: las ultras, conocer a MJ (mi compañera de vida), y construir una forma de vivir donde el deporte no compitiera con la vida, sino que fluyera con ella.
El punto de inflexión
Durante años entrené a corredores con la metodología que había aprendido. Bien. Con rigor. Pero faltaba algo.
Y ese algo cristalizó en 2020, con el confinamiento.
De repente no había carreras. Vi a muchos corredores frustrados por no poder competir. Me escribían preguntando cuándo volverían las pruebas, que las necesitaban para estar bien.
Yo siempre había pensado que las carreras eran solo un punto en el camino y que no las necesitaba para ser feliz. Ese año, sin carreras, me cercioré de ello. Seguía entrenando a diario, viviendo el proceso. Feliz.
Pero veía a otros sufriendo porque dependían de lo externo, de lo que no podían controlar.
Ahí lo vi con claridad.
No todos corren por las mismas razones.
Hay quien usa el ultra para escapar de una vida que no le gusta. Y hay quien lo usa para desarrollarse, para ser más de lo que ya es.
La diferencia es radical. Y marca todo.
Desde entonces mi mensaje como entrenador cambió.
Me centro mucho más en que los corredores conecten con su día a día, con su equilibrio vital. Que las carreras estén en segundo plano porque nunca sabemos hasta cuándo estarán.
Incluso animo a que se desapeguen del correr. ¿Qué ocurriría si no puedes volver a correr? No quiero gente con miedo, pero tampoco dependiente del correr ni de las carreras. La vida es mucho más.
Cuando menos necesitas las carreras, más las disfrutas. Te vuelves un corredor libre, que saborea cada instante. Y si algún día no puedes correr más, tendrás la mente preparada para saborear otras facetas de tu vida.
Eso fue lo que me hizo reconectar con el nombre original: El Reto Eres Tú.
Por qué "El Reto Eres Tú"
El nombre viene de 2012, de aquel blog que monté con mi amigo.
Ya entonces el nombre tenía sentido: el reto de verdad no está en la carrera, está en ti. En ser constante. En conocerte. En no depender de lo externo para estar bien.
Pero mi amigo se lesionó y se fue a vivir fuera. El blog quedó aparcado y durante unos años trabajé mi marca personal como entrenador bajo el nombre de “Ultramanu”.
Y como te he comentado, fue en 2020 cuando el mensaje inicial volvió a resurgir y cobró toda su fuerza.
El Reto Eres Tú no es solo un nombre. Es una forma de vivir la vida.
Es recordar que puedes elegir.
Que puedes construir una vida donde el deporte sea parte natural de tu plenitud, no tu única vía de escape.
Es entender que el verdadero reto siempre está dentro.
El brillo en los ojos
¿Recuerdas lo de las clases particulares? La luz en los ojos de los chavales cuando por fin entendían algo.
Pues eso mismo es lo que veo ahora en los corredores.
El brillo en sus ojos cuando cruzan una meta después de meses de preparación. Cuando entienden por qué entrenan lo que entrenan. Cuando consiguen algo que no creían posible. Cuando les veo satisfechos tras el trabajo bien hecho. Cuando les noto contentos con su vida.
Haber aportado mi granito de arena a su montaña personal hace que todo tenga sentido para mí.
Pero ya no me conformo con ver ese brillo en los ojos de las personas a las que entreno directamente.
Quiero verlo en miles.
Hacia dónde vamos
Hoy seguimos entrenando, compitiendo, formándonos. He cruzado la meta de muchas ultras en estos años. Pero eso es lo de menos.
Lo importante es lo que eso me ha enseñado para acompañar a otros.
El Reto Eres Tú no nació de coleccionar carreras. Nació de no conformarme con una vida que no me gustaba, de empezar a correr sin saber a dónde me llevaría y de entender que las carreras son solo un punto en el camino.
Creció gracias al brillo en los ojos de las personas a las que acompañamos.
Y ahora buscamos algo más grande.
Trabajamos para ser el modelo de referencia en el mundo del ultra trail.
No por ego. Sino porque creemos que es posible transformar cómo las personas se relacionan con el deporte de resistencia.
Queremos formar generaciones de corredores y entrenadores que entiendan que este deporte puede ser aliado de la plenitud, no enemigo del equilibrio.
Que cuando alguien piense en ultra trail, no piense solo en completar carreras, sino en construir una vida que merece la pena ser vivida.
Que se normalice hablar de equilibrio sin que se vea como debilidad.
Que miles de personas vivan mejor por haber pasado por aquí.
Esa es nuestra visión.
Y la construimos todos los días: cada corredor que entrena con nosotros, cada entrenador que formamos bajo esta filosofía, cada mensaje que compartimos, cada proyecto con el que colaboramos.
El camino es largo. Pero ya no vamos solos.
Mientras siga viendo ese brillo en los ojos, tiene sentido que sigamos aquí.
Y mientras haya personas dispuestas a construir vidas conscientes donde el deporte sea expresión de su mejor versión, seguiremos siendo su guía.
Por todo esto, El Reto Eres Tú.
Nos vemos por las cimas,
Manu
¿Quieres que te acompañemos en el camino?
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